2 de Corintios Pablo defiende su ministerio


 
2 Corintios 10:1-18
1Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros;
2ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne.
3Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
4porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
5derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,
6y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
7Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en mismo que es de Cristo, esto también piense por mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo.
8Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré;
9para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas.
10Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable.
11Esto tenga en cuenta tal persona, que así como somos en la palabra por cartas, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes.
12Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a mismos; pero ellos, midiéndose a mismos por mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.
13Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros.
14Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo.
15No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla;
16y que anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado.
17Mas el que se gloría, gloríese en el Señor;
18porque no es aprobado el que se alaba a mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
2 Corintios 11:1-15
1Ojalá me toleraseis un poco de locura! , toleradme.
2Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.
3Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
4Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis;
5y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles.
6Pues aunque sea tosco en la palabra, no lo soy en el conocimiento; en todo y por todo os lo hemos demostrado.
7Pequé yo humillándome a mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de balde?
8He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros.
9Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso.
10Por la verdad de Cristo que está en , que no se me impedirá esta mi gloria en las regiones de Acaya.
11Por qué? ¿Porque no os amo? Dios lo sabe.
12Mas lo que hago, lo haré aún, para quitar la ocasión a aquellos que la desean, a fin de que en aquello en que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros.
13Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.
14Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.
15Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.